Brave1: drones, puntos y guerra como si fuera Fortnite

Soldado operando un dron militar — la apuesta tecnológica de Dronak

¿Brave1 o Battlefield? La interfaz militar que parece un videojuego

En plena guerra, Ucrania lanzó Brave1, una plataforma nacional de innovación tecnológica militar. Suena a think tank, pero funciona como algo mucho más cercano a Fortnite con presupuesto de defensa. ¿Cómo opera? A través de un sistema gamificado, los soldados y unidades pueden reportar misiones, registrar operaciones exitosas y, a cambio, acumular puntos. Esos puntos se canjean por equipamiento: drones FPV, visores térmicos, antenas Starlink o incluso fusiles de alta precisión.

Captura del catálogo de UAVs ofrecidos por Brave1, el sistema ucraniano que organiza y promueve la tecnología militar.

El menú es público. En brave1.gov.ua, se pueden ver los rankings, las campañas activas y las categorías de recompensa disponibles. Todo el proceso está digitalizado: desde la evidencia del cumplimiento de misiones hasta el canje logístico del equipo.

Infografía que muestra las principales unidades de guerra de drones de Ucrania clasificadas por puntos de combate, la Brigada 414 las "Aves Magiares" liderando la lista en Brave1 Market.
Ranking de las 10 unidades ucranianas que más drones y equipos adquirieron en Brave1 Market durante mayo de 2025.

Unidades que acumulan altos puntajes pueden acceder a mejoras significativas en su equipamiento. Según declaraciones del viceministro Fedorov, la unidad Magyar’s Birds, especializada en drones, ha acumulado más de 16.000 puntos —suficientes para canjear aproximadamente 500 drones FPV diurnos, 500 nocturnos, 100 modelos “Vampire” y 40 UAVs de reconocimiento. El progreso táctico, ahora, también se mide en rankings.

Un sistema que mezcla la lógica de los videojuegos, la trazabilidad blockchain y la urgencia de un conflicto real. Con una diferencia esencial: aquí no hay respawn, ni segunda vida después de perder.

Entre la distopía y la oportunidad: el dilema moral de la tecnología

En este punto, podríamos caer en la fascinación geek: “¡Wow, gamificación de la guerra, un Call of Duty real!”. Pero es justo aquí donde debemos frenar. Porque si bien la tecnología puede optimizar lo inóptimo, también puede normalizar lo inaceptable.

Pero no todos los caminos conducen al frente de batalla. En otras partes del mundo, la misma tecnología que aquí se afila como lanza, allá se convierte en red de seguridad.

Y ahí es cuando entra Fabia Silva.

Cuando los drones no matan, sino salvan: el manifiesto de Dronak

Fabia es CEO de Dronak, una empresa que desarrolla tecnología de drones para proteger la vida, no para destruirla. Mientras otros ven en los drones una amenaza, ella los ve como extensiones de una visión más humana, ética y regenerativa. Y su reflexión, en pleno 2025, suena más vigente que nunca:

“La mayoría de las veces, cuando hablamos de drones en contextos de guerra, lo hacemos desde el miedo. Pero ¿por qué no sentimos la misma alarma cuando hablamos de teléfonos móviles, que están mucho más presentes, son más fáciles de manipular y, muchas veces, más destructivos en términos de control social, manipulación y desinformación?”

“Hay una dicotomía instalada: el dron es la amenaza visible, el móvil es el aliado invisible. Pero ¿y si cuestionamos eso?”

En Dronak no se construyen armas, se diseñan soluciones robóticas aéreas, acuáticas y terrestres con fines humanitarios y sostenibles. Desde sistemas de monitoreo para evitar riesgos laborales hasta programas de conservación del medio ambiente.

Técnico de Dronak despliega manualmente un dron diseñado para misiones de monitoreo y reconocimiento

Fabia y su equipo lideran una tecnología que protege, educa y transforma. Y lo hacen bajo una filosofía clara: la innovación solo vale si mejora vidas.

Guerra, tecnología y disonancia moral: el dilema del progreso

La comparación es inevitable: mientras en Ucrania un dron puede marcar la diferencia entre ganar una batalla o perder un pelotón, en España o Latinoamérica un dron puede salvar una cosecha o ubicar a una persona extraviada.

La tecnología es la misma. Lo que cambia es el propósito.

Brave1 representa una respuesta pragmática a una necesidad urgente: sobrevivir. Dronak representa una apuesta moral a una necesidad mayor: vivir mejor.

Epílogo: no es cuestión de bits, sino de valores

Quizás el gran riesgo no esté en usar tecnología en la guerra, sino en acostumbrarnos a verla solo bajo esa óptica. Por eso, conocer propuestas como la de Fabia Silva y Dronak es recordar que también podemos diseñar drones para la paz, para la salud, para el planeta.

En tiempos donde la línea entre realidad y videojuego se difumina, conviene hacerse una sola pregunta —una que lo cambia todo—:

¿para qué queremos la próxima gran tecnología: ¿para ganar guerras… o para evitarlas?


Este post no promueve el conflicto. Lo observa, lo analiza, lo contextualiza. Porque solo cuestionando lo que hoy parece normal, podremos construir algo diferente mañana.

Brave1 es una plataforma de innovación militar en Ucrania que conecta desarrolladores de drones con el ejército, usando un sistema de puntos gamificado para distribuir equipamiento tecnológico entre unidades.

Porque las unidades acumulan puntos para desbloquear equipamiento militar, como si se tratara de un videojuego. Esta estrategia gamificada incentiva el rendimiento y la innovación en campo de batalla.